domingo, 14 de junio de 2009

The Horrors: “Estamos interesados en hacer sonidos que jodan la cabeza de quienes nos escuchan”

Juicios y prejuicios Tras el ruido mediático que supuso su irrupción en la escena independiente hace un par de años con su disco de debut, The Horrors se sacan de la manga “Primary Colours” (XL/Popstock!), un imponente segundo álbum en el que bajo la batuta de Geoff Barrow de Portishead y el cineasta Chris Cunningham llevan varios pasos más allá su grotesco universo de pesadillas y sombras chinescas. Cuidado, tienen peligro.

El tribunal popular de MondoSonoro procede hoy a juzgar a la banda británica The Horrors por los cargos de hype sin fundamento, alboroto público y apropiación indebida del trabajo de Geoff Barrow y Chris Cunningham, productores (algunos sospechan que algo más) del segundo álbum de los de Southend, de nombre “Primary Colours”.Repasaremos punto por punto cuáles son los principales argumentos de la fiscalía y, sentados en el banquillo, responderán ante las acusaciones Rhys Webb -conocido artísticamente como Spider Webb; teclista- y Joshua Hayward -que utiliza indistintamente el sobrenombre de Joshua Third o Joshua Von Grimm; guitarrista-.Y el primer conflicto con el que nos encontramos a la hora de enjuiciar a Rhys y Joshua es de procedimiento: tenemos ante nosotros a dos mozalbetes lechosos y barbilampiños que aparentan no contar aún con edad para acudir a votar en las próximas europeas, aunque en sus respectivos Myspaces -conducidos por fans- se asegura que han cumplido, respectivamente, veintiséis y veinticuatro años. “Tenemos dicienueve”, juran sobre La Biblia, antes de volverse mudos otra vez y provocar un incómodo silencio en la sala. Entonces, cuando publicasteis “Strange House” ¡¡¡¿sólo teníais diecisiete años?!!! “Sí”. Más silencio. ¡Guau! Parece impensable para una banda en España. “Cada miembro de The Horrors tiene un diferente background musical pese a su juventud”, dice Spider Webb, que a partir de ese momento llevará la voz cantante por lo que queda de declaración. “Cuando era casi un crío yo escuchaba sobre todo soul de los sesenta. Después pasé a interesarme por el garage y la psicodelia, lo que poco a poco fue llevándome al punk”. Joshua por su parte “venía de escuchar a Sonic Youth. Me gustaba maquillarme y era el chico raro del pueblo, un pueblo muy pequeñito”. ¿Y qué hay de esa escena gótica de la que os habéis convertido en flamante nuevo símbolo? “No, ninguno viene del rollo gótico”. Resulta extraño escuchar eso de los labios de un chaval que pasa por el sobrino de Gómez Addams. ¿Creéis en el rock’n’roll sin una fuerte carga visual? ¿Hay espacio para unos The Horrors desprovistos de imagen? “Si te acuerdas de Nirvana, ellos iban por ahí con sus tejanos rotos y sus camisas de cuadros, que era la ropa que vestían a diario, y cuando se hicieron grandes los chavales de todo el mundo copiaron esa imagen y se convirtió en un símbolo. En nuestro caso pasa algo parecido: no podemos evitar si los chavales se identifican con The Horrors y se visten como nosotros”. Un miembro del jurado arquea la ceja. Sigamos…
Turno de la defensa. La banda ha dado un giro de ciento ochenta grado en los dos años que han pasado desde que os estrenarais con “Strange House” hasta este segundo disco. Como el gusano que se convierte en mariposa, de torpes émulos de Lux Interior habéis mudado en la gran esperanza blanca del noise rock internacional. Y no es sólo que en “Primary Colours”.se reconozcan las influencias de grupos tan admirables como Can, Joy Division o The Jesus & Mary Chain, sino que las canciones están bien construidas y cuentan con un sonido propio y totalmente reconocible. ¿Podéis explicarnos cómo se hizo posible el milagro? “En estos dos años la banda ha sufrido algunos cambios físicos y, sobre todo, químicos. No hemos parado de tocar en directo y eso nos ha hecho mejores, mucho mejores. Además, nos hemos forzado a crear algo nuevo intercambiándonos los instrumentos, poniéndonos a nosotros mismos en dificultades, porque no le encontrábamos sentido a repetir el primer disco. La otra gran novedad es que nos hemos interesado profundamente en el trabajo de producción en el estudio, nos hemos implicado mucho en las técnicas de grabación hasta el punto de que el próximo disco posiblemente lo produzcamos nosotros mismos”. ¿Cómo conocéis a Geoff Barrow? “Nos seleccionó para el festival All Tomorrow’s Parties en el que Portishead ejercían de comisarios. Él nos introdujo en grupos de electrónica experimental de los sesenta como Silver Apples o The United States Of America y otras bandas psicodélicas de la Costa Oeste y nos abrió la puerta de un tipo de música que no sabíamos que estaba ahí… El disco suena totalmente diferente como consecuencia de trabajar con él, pero al mismo tiempo su mayor valor como productor, al igual que sucede con Albini, es que deja que hagas las cosas a tu manera y se limita a capturarlo”. Entonces ¿qué les diríais a quienes ven la mano maestra de Geoff Barrow de Portishead dirigiendo todo el cotarro? “En cierto modo el disco ya existía antes de empezar a grabarlo. La primera persona que se interesó por la producción fue Chris Cunningham. Desde que hizo el clip de nuestro primer single, Chris siempre ha estado muy implicado con la banda y cuando puede se viene con nosotros de gira. Pensamos que podría ser interesante colaborar juntos, aunque él no tenía ninguna experiencia como productor musical, así que le pasamos la maqueta de ´Three Decades´ y él reutilizó las guitarras y los sintetizadores. La voz y la batería tuvimos que volver a grabarlas, porque no tenían la calidad sonora suficiente pero el resto está directamente sacado de la demo. Y algo parecido sucedió con Geoff. De hecho, la grabación fue muy doméstica: para ´Who Can Say´ por ejemplo, el siguiente single, grabamos las voces en mi apartamento”.
Los que ven en The Horrors la última triquiñuela de los responsables de marketing de la industria discográfica inglesa recuerdan también los incidentes que tuvieron lugar en la sala Moby Dick de Madrid hace ya un año, cuando el cantante Faris Rotter se colgó por los cables del techo de la sala y la emprendió a golpes con una bola de espejos que terminó causando heridas a algunos de los asistentes. ¿Reencarnación del espíritu del “Por favor mátame” o truco publicitario? “Recuerdo ese concierto como el más increíble que hemos dado nunca. Había algo muy poderoso en el aire, una gran conexión con el público. No somos deliberadamente violentos, fue tan sólo el resultado de la comunión entre una banda y su público intentando disfrutar al límite de la música”. ¿Al final os metieron alguna demanda por aquello? “No, no…”, responden con la boca pequeña. “Aunque sí que es verdad que la seguridad de la sala nos habría dado de hostias si no hubiéramos corrido a refugiarnos en el camerino hasta que la cosa se calmó un poco. Pero te aseguro que los únicos que no disfrutaron de aquel show fue el staff de la sala”. La absolución final queda aplazada hasta su actuación en la edición 2009 del festival Primavera Sound. Entretanto The Horrors, lejos del arrepentimiento, juegan a la provocación. “Estamos interesados en hacer sonidos que jodan la cabeza de quienes nos escuchan”.

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